jueves, 11 de junio de 2015

Disidentes


Como el disidente de su propia patria, ¡qué escándalo!
El político que regresa a la casa en la que su madre le engendró.
El barco que da marcha atrás. Y los botes salvavidas que llegan al destino pretendido.
El náufrago que vuelve a comprar el billete de ida.
Vuelves como la muerte cuando te roza, y piensas: ¡por qué poco!
Vuelves como el viento que echas de menos en la playa.
Vuelves al origen, al vientre del otro sexo, a aquel anticiclón (al) que nunca debiste provocar.
Dar marcha atrás es retroceder, y retroceder es dar vida a aquello que perecía.
Deja de salvarme la vida -me decía. Deja de salvarme la vida. De lo contrario, nunca podremos disidir de nuestra propia patria.